Las futuras madres se preguntan a menudo si caminar durante el embarazo puede aportar beneficios o ser un riesgo para su bebé. La actividad física es importante para mantener una buena salud. Salvo en situaciones críticas, no se debe dejar de caminar durante el embarazo.
Efectivamente caminar durante el embarazo es bueno para ti, aunque es una actividad física ligera e intensa, caminar durante el embarazo tiene beneficios tanto físicos como mentales.
Caminar durante el embarazo le permite:
Reducir la percepción del dolor durante el parto, gracias a una actividad deportiva constante durante el periodo de gestación. De hecho, a lo largo de los meses de embarazo genera la producción de beta-endorfinas, que aumentan el umbral de tolerancia al dolor;
mejorar el control del peso durante el embarazo, ya que permite quemar calorías sin producir un esfuerzo excesivo;
mejorar la circulación de las piernas y, en general, la microcirculación de todo el cuerpo, ayudando a reducir la hinchazón y la pesadez de piernas y pies, típicas del periodo de embarazo;
mejorar el bienestar mental, ya que la práctica deportiva genera la liberación de sustancias que favorecen el bienestar y reducen el estrés;
reducir los niveles de azúcar en sangre y el riesgo de desarrollar diabetes mellitus gestacional.
Qué precauciones tomar
A pesar de los beneficios que puede aportar el caminar, hay una serie de comportamientos y precauciones que deben observarse para evitar riesgos.
En primer lugar, las caminatas deben ser moderadas. Es desaconsejable caminar a una velocidad demasiado alta o incluso simular que se corre.
De hecho, una actividad deportiva intensa podría provocar una reducción del flujo sanguíneo a la placenta y un menor suministro de glucosa al feto.
Caminar mucho tampoco es lo ideal. Cada mujer puede experimentar más o menos fatiga y cansancio durante el periodo de gestación. Por lo tanto, es conveniente ajustar la duración y la frecuencia de las caminatas en relación con el estado físico de cada uno y no sobrepasar lo que el cuerpo está tratando de comunicar.
Otra precaución importante es evitar los saltos o cualquier situación que pueda provocar un traumatismo o una caída, provocando una contracción uterina. Por ello, es aconsejable evitar dar pasos muy amplios al bajar escaleras y escalones, y equiparse con un calzado técnico que se agarre bien al suelo y reduzca el riesgo de resbalones repentinos.
En las estaciones más cálidas es aconsejable caminar sólo durante las horas más frescas del día, para evitar la hipertermia fetal, una condición muy peligrosa que puede perjudicar el desarrollo del sistema nervioso del feto.
Con el paso de los meses, tu barriga se hará cada vez más grande y esto puede provocar una mala postura. La tendencia puede ser arquear la espalda y poner el peso hacia delante. Esto puede provocar molestos dolores de espalda y problemas en las extremidades inferiores debido a la distribución desigual del peso en los pies y los tobillos.
Por lo tanto, es importante tratar de observar la posición de la marcha y tratar de mantener la espalda recta. De hecho, es preferible mantener una postura correcta, aunque sea durante menos tiempo, que favorecer la distancia recorrida.
Cuánto se camina durante el embarazo
Durante el periodo de embarazo el cuerpo está sometido a cambios muy frecuentes que pueden dar lugar a diferentes condiciones físicas a lo largo de los 9 meses.
Por eso es importante escucharse a sí mismo y sentir los cambios, sin desanimarse si el rendimiento físico no es el mismo. Por lo general, un buen paseo puede durar unos 30 minutos al día. Pero si te cansas y no estás en condiciones de hacerlo, no hay razón para desanimarse.
En este último caso, incluso sólo 10 minutos repartidos a lo largo del día pueden marcar la diferencia para mantenerse activo.
Durante el último mes puede ser difícil moverse con facilidad. Por lo tanto, en este periodo, los paseos pueden sustituirse por simples ejercicios de respiración que ayudarán a la futura madre a prepararse para el parto.